domingo, 20 de enero de 2008

¿Sabías que...?

Hacia 1894 varios inventores estaban en la carrera por desarrollar nuevos aparatos para capturar el movimiento a partir de fotografías, entre los cuales se encontraban el norteamericano Thomas Alva Edison y los hermanos franceses Lumiére. Estos últimos conseguirían el triunfo en 1895 con su aparato: el "cinématographe", o cinematógrafo. Éste era portátil y pesaba tan solo cinco kilogramos, frente al gigantesco "Kinetoscope" o kinetoscopio de Edison, que requería de varios hombres para moverlo de un sitio a otro y estaba generalmente anclado al suelo en una especie de estudio.


Estas diferencias técnicas ofrecieron la posibilidad de transportar fácilmente el cinematógrafo a cualquier parte, pudiendo retratar la realidad del mundo exterior. Además este aparato ofrecía otras características muy atractivas: con solo unos pequeños ajustes se podía transformar en proyector y también en máquina de impresión.


El mismo Luis Lumiēre encarnaría la figura del mesías del documental, no solo con su gran invento, sino también con el primer film documental, el plano secuencia

Trabajadores saliendo de la Fábrica Lumiēre, de 1895. Luego vendría la presentación pública del invento donde Lumiēre proyectó dicho film. Después de esa presentación siguieron otras en diferentes partes de Francia, creando una gran incertidumbre. Lumiére no solo se limitó a presentar este film, sino que realizaría otros, incluyendo a personalidades importantes que venían a ver su invento y que sin saberlo habían sido capturados por la lente de Lumiēre, para después, con gran sorpresa, verse retratados en los filmes a los que asistían.

Pero los planes de Lumiēre no se limitaban a estas demostraciones. Con gran visión y astucia se dedicó a contratar y entrenar un pequeño ejército de viajeros que se encargarían de llevar su invento a todos los rincones del planeta; personas que al mismo tiempo se fueron a documentar dichos lugares y a mostrar algunos filmes ya realizados por Lumiēre.


Su personal se encargó de capturar filmes de un solo plano, llamados "películas de actualidad", donde se retrataban momentos tales como la llegada de botes a un puerto, la aproximación de un tren, gente trabajando, etc. De esta manera, esta etapa temprana del nacimiento del cine estuvo marcada por la moda de mostrar un evento en cortos lapsos de tiempo, debido principalmente a que las cámaras solo podían contener pequeñas cantidades de film, muchos de ellos de un minuto o menos de duración.



Pese a que el cine nació documental, la supremacía taquillera de la ficción, la confusión respecto al género, y la apropiación del término por parte de los reportajes televisivos, han relegado al cine documental a una posición casi marginal. Los festivales han sido, y cada vez lo son más, la manera de mantener vivo el género. Además, constituyen el principal punto de encuentro entre directores, aficionados y público, si no el único. Los festivales son en parte responsables (y reflejo también) del boom o moda documental que los medios de masas se empeñan en anunciar desde hace unos años, y que no es sino una mayor visibilidad de un género que siempre ha existido.



Cuando presentamos el blog en clase se nos preguntó acerca de si a la audiencia le gusta los documentales, si los verían. Ahora os queremos plantear este debate. ¿Qué pasaría si el el famoso prime time pusieran un documental? ¿Por qué la audiencia prefiere ver otro tipo de programas menos culturales? ¿Qué tienen de malo los documentales para que no tengan el tirón necesario para la audiencia? ¿Cuándo sería mejor emitirlos para atraer a la audiencia? Estas y otras preguntas nos hacemos sobre el tema.



Pues bien, buscando por la red he encontrado una entrevista en la que el entrevistado nos habla sobre el tema. Aquí os la dejo:



Bienvenido León evalúa el rol de los documentales en la televisión, una beta poco explotada. El periodista y doctor en Comunicación Pública, Bienvenido León (Las Fuesas, Soria, 1961), posee una amplia experiencia en el mundo de la televisión y los documentales. Director, productor, guionista o coordinador de reportajes informativos, ha participado asimismo en la fundación de varias productoras: Editmedia TV, la primera agencia televisiva española; Euroview, una productora universitaria; Boulevar Comunicación, Vamos a ver Televisión y Terra Films. Algunas de sus obras han sido galardonadas en festivales internacionales como los de Cartagena de Indias (Colombia) y Cuzco (Perú). En su faceta como docente e investigador, imparte las asignaturas de Producción Televisiva y Divulgación Cientí­fica en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y es autor del libro "El documental de divulgación cientí­fica" (Barcelona, Paidos, 1999), así­ como de varios artículos sobre comunicación de la ciencia y televisión. Según León, no es cierto que los documentales sean para una minorí­a. En su opinión, con un pequeño esfuerzo inicial, la gente podrí­a disfrutar de los buenos documentales en horarios de "prime time".


¿Qué debe tener un buen documental de naturaleza?

Un buen documental debe tener sobre todo una buena historia. Después de tantos documentales, es muy difí­cil que haya alguno que te sorprenda. En el fondo, todos los documentales cuentan lo mismo: la supervivencia de los seres vivos en una lucha tremenda. Lo complicado es contarlo de una manera original, con un enfoque distinto, y que el espectador pueda seguirlo bien y entenderlo.



¿Cuáles son los mejores documentales de naturaleza de la historia, esos que deberí­an estar en la videoteca de todos?

Hay muchos. El primero serí­a "Nanook el esquimal" (1922), que cuenta cómo sobrevive este esquimal en el duro ambiente del polo. Hoy dí­a, sigue siendo uno de los grandes documentales. Dentro de los más renombrados sin duda hay bastantes de la BBC, como "La vida y la Tierra" (1979) de David Attenborough, que cuenta en 13 capí­tulos la evolución de la vida sobre la Tierra. Una serie que tengo destacada en la vitrina de mi despacho, porque me parece muy original, es "La vida privada de las plantas" (1995). Recientemente, también de la BBC, hay que destacar "El planeta azul" (2001) y "Planeta Tierra" (2006). No obstante, más que documentales concretos, habrí­a que guiarse por las marcas, fundamentalmente cuatro: la BBC; Survival, que cerró por desgracia; National Geographic y Discovery Channel. A través de Internet, y algunos incluso en grandes almacenes, son fáciles de conseguir.



¿Es importante un divulgador estrella para el éxito de un documental?

Las televisiones procuran poner siempre una cara que hace que la gente se interese más. En el caso de los documentales suelen ser personas de prestigio. Attenborough, por lo menos en los paí­ses anglosajones, es el más reconocido. De todas formas, hay grandes documentales sin presentador, por lo que todo es relativo. En los últimos años, hay una tendencia a poner gente del mundo del cine, famosos, etc., que no son entendidos del tema, y a mi no me gusta tanto. Pero bueno, hay gente que cree que es una buena manera de enganchar al público en un mercado tan competitivo como el de la televisión actual.



¿Por qué las televisiones no programan más documentales?

Los programadores se basan en la audiencia, y si les funciona repiten. La naturaleza no ha funcionado, pero no se ha apostado por ella. Un documental no cuesta más que un reality show. Además, tampoco hay mucho donde elegir en la televisión.



¿Cómo calificarí­a la oferta televisiva actual?

La televisión en España está atravesando por un momento muy flojo, sobre todo en horarios de máxima audiencia. No tiene calidad. Las televisiones generalistas dan demasiados programas del corazón o series de ficción que han dado un montón de vueltas de tuerca para mantener la trama. Algunos de estos programas son indignos: lanzan todo tipo de bulos, no tienen escrúpulos. Habrí­a que exigirles un mínimo de respeto. A las cadenas privadas también se les debería exigir unos mínimos, porque tienen una concesión administrativa para emitir. Está bien que la televisión entretenga, pero el entretenimiento que aportan es de un perfil muy bajo. Es la diferencia entre la comida rápida y un menú de un restaurante de cinco tenedores. La televisión en España está atravesando por un momento muy flojo, sobre todo en horarios de máxima audiencia. Aunque haya más canales, todos compiten con las mismas armas, lo que genera más de lo mismo. Y es algo que pasa en todos los paí­ses. Al final, quien quiere ver contenidos de calidad tiene que abonarse a los canales de pago.



¿Y no se podrían ver contenidos de calidad sin tener que pasar por el canal de pago?

Cuando las televisiones públicas mantienen una programación con estándares más altos, las privadas tratan de imitarles. Por eso, hasta que la televisión pública no apueste por esa programación de calidad, la privada no lo va a hacer. Las públicas marcan el referente de calidad.



¿Habría que dar entonces un toque de atención a las televisiones públicas?

No podemos pretender que un documental que ha costado entre 3.000 y 10.000 euros compita con el capí­tulo de una serie de ficción que ha costado entre 500.000 y 600.000 euros. Creo que sí. Los documentales, el medio ambiente, la naturaleza, es en buena medida un contenido prioritario dentro de la misión de las cadenas públicas, al margen de conseguir audiencia a toda costa. Y no digo que tengan que ser minoritarios. Además, no es verdad que la gente no vea documentales. Si se producen con medios potentes, y se anuncian bien, la gente los ve, y pueden competir de tú a tú con las grandes series de ficción.



¿Cuánto cuesta hacer un documental de alta calidad?

Las grandes series documentales están saliendo entre un millón y millón y medio de euros por hora, aunque luego hay distintos niveles. Y no es mucho si se tiene en cuenta lo que vale una serie de televisión normal. Además, las productoras se quejan de que cada vez les aprietan más, lo que les está llevando a bajar los precios. Algunos documentales parecen buscan más el puro espectáculo, dejando de lado el aspecto educativo.Tampoco se puede pedir demasiado a las televisiones, no se puede condenar a un "gueto" minoritario de "puretas". Tiene que haber de todo. Además, las televisiones buscan sobre todo entretener. Los canales educativos suelen ser minoritarios. Me daría por satisfecho si hubiera más documentales con el propósito principal de entretener.



¿Qué recomendarí­as a alguien que quiera dedicarse a este trabajo?

Es la profesión más bonita del mundo, pero es una carrera de fondo. Hay que tener mucha pasión por el tema, muy buena formación en producción audiovisual y un buen conocimiento de la naturaleza.





Fuente: Wikipedia; Prisma CyT.